Jueves 10 de junio de 2010.
07:00pm

La sentencia condenatoria al coronel Alfonso Plazas Vega genera profundo dolor y desestimulo en los integrantes de las Fuerzas Armadas encargadas de dar seguridad a los colombianos.
Respaldamos al ex presidente Belisario Betancourt, quien siempre ha procedido con el patriotismo y la transparencia que rechazan cualquier asomo de delito. Respaldamos al Alto Mando Militar y Policial de la época, acusados injustamente de haber conocido con anticipación el plan criminal contra el Palacio de Justicia y de haberlo permitido para justificar el ingreso al interior de la edificación y asesinar personas.
Nuestra lucha por la seguridad surge también por el dolor y la solidaridad con las víctimas de la violencia de todos los tiempos. Mantenemos vivo el dolor por todas las personas asesinadas en el Palacio de Justicia, entre quienes se encontraban magistrados y civiles, soldados y policías, profesores, amigos y familiares de tantos colombianos. La manera de apoyar a las víctimas del Palacio de Justicia no es creando victimas en miembros de las Fuerzas Armadas.
La Política de Seguridad Democrática (PSD) de este Gobierno ha permitido que más de 300.000 víctimas registren sus reclamos. Antes no lo hacían por temor o porque lo consideraban inútil. Se avanza en el proceso de reparación administrativa introducido por este Gobierno.
El Gobierno y las Fuerzas Armadas, que con la PSD han recuperado el monopolio de las armas para el Estado y la presencia de la justicia en todo el territorio nacional, incluso de las regiones de donde había sido desplazada por el terrorismo, estarán atentos al desarrollo de las instancias que todavía deben agotarse en el proceso contra el coronel Plazas Vega.
El Gobierno invita a todos los órganos del Estado y a todos los colombianos a pensar en una legislación que rodee de garantías a las Fuerzas Armadas en el marco de su debida eficacia y absoluto respeto a los derechos humanos. Un nueva legislación debe ser rigurosa en la exigencia de probar el dolo para asignar responsabilidad a coautores mediatos tanto por acción como por omisión; también como elemento esencial del concierto para delinquir.
Colombia martirizada por narcoguerrillas, narcoparamilitares y toda especie de narcoterrorismo debe abrazar a sus Fuerzas Armadas que hacen un enorme sacrificio en la lucha contra el crimen y han tenido todo el valor para sancionar violaciones de derechos humanos.
En esta hora de dolor invitamos a las Fuerzas Armadas a continuar la lucha sin pausa para derrotar a los criminales y permitir que las nuevas generaciones puedan vivir felices en el suelo de la patria sin la asechanza de la violencia.
En estos 200 años de vida independiente solo ha permitido escasos 47 años de paz. La Constitución, las Fuerzas Armadas y el Pueblo son la base sobre la cual reposa la esperanza de Paz de las nuevas generaciones.
Buenas noches.
[Transcrito simultáneamente a la alocución]
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